Ocurrió en Claypole, Almirante Brown. Tras el robo, gran parte del barrio se quedó sin luz. Además tiraron un poste y dejaron parte de los cables pelados en la calle, algo muy peligroso para los vecinos del lugar.
El robo de cables se volvió un negocio muy lucrativo, impulsado por el aumento del precio del cobre, que es reducido y vendido en el mercado clandestino.