Rosalía Soledad Paniagua, la empleada doméstica que pasó de ser testigo a sospechosa, fue detenida el sábado pasado acusada del homicidio de Eduardo Wolfenson Band, el ingeniero encontrado estrangulado en su casa del country La Delfina en Pilar.
Paniagua negó ser la asesina y atribuyó el crimen a un hombre llamado Félix, presuntamente vecino del barrio privado. Afirmó haber sido golpeada y amenazada por este hombre para que guardara silencio.
Su declaración ante el fiscal de Pilar, German Camafreita, duró aproximadamente seis horas y aunque afirmó haber sido atacada el día del crimen, no se encontraron pruebas que respaldaran su relato en la escena. A pesar de afirmar que perdió el conocimiento tras ser golpeada, los peritos no encontraron rastros de sangre donde ella aseguró haber estado atada.
Además, Panigua declaró haber sido coaccionada para desechar el teléfono celular de la víctima en la estación de trenes de Derqui. Aunque mencionó haber visto a la víctima besándose con alguien en su estudio, las pruebas de las cámaras de seguridad no corroboraron sus afirmaciones.
Tras su declaración, Panigua seguirá detenida. Reconoció haber vendido objetos robados de la víctima, incluyendo una menorá, que fue localizada por la policía. Los compradores confirmaron haber adquirido estos objetos de una mujer, pero los revendieron a una fundidora.