La secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Rebeca Grynspan, lanzó duras críticas el pasado domingo, señalando que los países ricos están empleando estrategias medioambientales para fortalecer sus economías, a expensas de los países en desarrollo. En una entrevista con Financial Times, Grynspan expresó su preocupación por el impacto negativo de las políticas ecológicas implementadas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), así como por las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Según Grynspan, las reglas comerciales actuales prohíben a los países en desarrollo adoptar ciertas políticas, mientras que las naciones desarrolladas cuentan con más flexibilidad fiscal para subvencionar áreas consideradas beneficiosas para el medio ambiente. La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Estados Unidos, diseñada para acelerar la transición hacia una economía baja en carbono, y las medidas de respuesta de la UE, fueron mencionadas como ejemplos de prácticas que podrían perjudicar a las naciones menos desarrolladas.
La funcionaria destacó que los países en desarrollo se ven obligados a recurrir a restricciones comerciales, aranceles o impuestos, ya que carecen del espacio fiscal necesario para seguir el camino de las subvenciones. Además, identificó dos desafíos significativos para estos países: la rápida digitalización y el resurgimiento de políticas industriales en las naciones más ricas, factores que podrían afectar su capacidad para competir en el ámbito internacional.
Grynspan también criticó las restricciones impuestas por la UE a las importaciones desde tierras deforestadas, argumentando que castigan a la población y no contribuyen a la promoción de ingresos sostenibles provenientes de bosques gestionados de manera responsable. Asimismo, cuestionó el impuesto sobre importaciones de productos intensivos en carbono, en violación del Acuerdo de París del 2015, diseñado para limitar el aumento de las temperaturas globales. Según Grynspan, estas medidas podrían tener consecuencias negativas en el desarrollo económico de los países en vías de desarrollo y su capacidad para competir en el mercado global.