Una acusación de acoso sexual contra el ex párraco de la Iglesia Nuestra Señora de la Victoria, más conocida como el Santuario de la Rosa Mística, sacude a la comunidad eclesiástica y motivó una respuesta del propio Arzobispado de La Plata. La institución que conduce Víctor “Tucho” Fernández anunció el inicio de una investigación para determinar qué fue lo que sucedió e informó que ya se puso a disposición del denunciante.
“Como es de público conocimiento, se ha presentado una acusación en medios de comunicación social de parte de un adulto que involucra al sacerdote José Tarsicio Expósito. De cualquier manera, estaremos atentos a los eventuales pasos formales que puedan dar las partes ante la justicia del Estado”, expresaron el comunicado difundido en las últimas horas.
Las autoridades eclesiásticas también informaron que “habiendo recibido noticia del hecho, se estableció oportunamente comunicación con el presunto denunciante poniéndose a disposición para recibir, cuando él lo considere pertinente, la denuncia en el fuero canónico” y adelantaron que “ante lo divulgado mediáticamente se procede a dar apertura a una investigación preliminar”.
Expósito estuvo varios años al frente de la conocida parroquia platense, pero el Arzobispado aclaró en las últimas horas que desde hace tiempo “no tiene ningún oficio pastoral en esta arquidiócesis” debido a su avanzada edad y los riesgos que ello supone en medio de la pandemia de COVID-19.
Expósito fue apuntado por un joven de 29 años por el presunto acoso sexual al que lo sometió y ahora se encuentra en la mira de la Justicia. El denunciante se presentó ante las autoridades judiciales para radicar una demanda penal contra el párraco y presentó como prueba una serie de audios que el religioso le envió a través de WhatsApp con un claro contenido sexual. El joven ayudaba en la parroquia realizando la entrega de alimentos a comedores y otros centros de asistencia y denunció el hecho luego de que Expósito le indicara que ya no iba hacerlo, luego de haberse negado a mantener relaciones sexuales con él.
Aunque las investigaciones recién comienzan, lo cierto es que los mensajes parecen comprometer al párraco. “La vamos a pasar bien. Decime qué te gustaría que te haga y qué te gustaría hacerme”, se le oye decir en uno de los mensajes mientras insiste con llegar a un encuentro y finalmente acaba por arrepentirse de lo dicho a raíz de las negativas del joven: “Te pido perdón por lo de ayer, olvidate de lo que hemos hablado. Yo también quiero olvidarlo porque sin querer puedo destrozar mi vida sacerdotal y eso es un don que Dios me ha dado. Por eso no quiero meterme en cama con vos, ni hablar”, cierra el acusado en otro de los mensajes. //0221.