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José Humberto Chávez, alias “Momo”, fue detenido en agosto acusado de liderar una banda que traficaba drogas y armas en distintos puntos del conurbano. Después de pasar casi dos años encerrado, “Momo” fue beneficiado en abril con prisión domiciliaria en el marco de la pandemia por el coronavirus. Al pisar la calle no esperó, rearmó la banda y comenzó a operar de vuelta. Esta semana después de varias denuncias de sus vecinos “Momo” cayó en su casa de Longchamps con 300 mil pesos, drogas y armas de guerra. El resto de la banda fue detenida en Lanús.
Así, los fiscales Sergio Schafer y Jorge Grieco de la UFI N° 2 de Lanús ordenaron 14 allanamientos a cargo de la Policía Bonaerense que volvió a desbaratar la banda.
En los operativos se concretaron siete detenciones, se secuestraron tres armas de guerra y tres de uso civil, tres automóviles,tres motos, 347 mil pesos, más de 200 gramos de cocaína y 152 dosis de pasta base, según precisaron fuentes del caso a Infobae.
Más allá de esta última detención, “Momo”, de 49 años, es un viejo conocido para la justicia, carga un frondoso historial delictivo y es un pesado delincuente de la zona sur del conurbano.
Según los registros, oriundo de Monte Chingolo, Chávez había estado preso durante dos años y medio en un penal federal. Salió en 2010.
Tras pasar esos años encerrado, cuando volvió al barrio sus vecinos entonces ya sabían quién era y lo que hacía. Les molestaba porque Chávez esparcía el miedo como método para que nadie lo denunciará, los amenazaba. Era su estrategia para controlar el barrio. Pero Chávez continúo, le iba bien. Durante ocho años, Chávez operó con su grupo que se hizo famoso en la zona. Hasta que sus vecinos lo denunciaron.
Luego, los detectives comenzaron a investigarlo. Tras varios meses de seguimiento en marzo de 2918 lo detuvieron y a los pocos meses cayó el resto de la banda.
En medio de la pandemia por el COVID-19 y tras pasar casi dos años detenido, “Momo” vio la oportunidad y solicitó el beneficio de la prisión domiciliaria. En abril pasado se la entregaron y Chávez regresó al barrio. Enseguida juntó a parte de la banda con los miembros que quedaban en libertad para volver a operar. Pero antes tenía que dominar el barrio. Repitió las amenazas sobre sus vecinos hasta que ya cansados dieron aviso a la Justicia.