En pos de esclarecer el homicidio del empresario Fernando Pérez Algaba (41), los investigadores han dado un nuevo paso al comenzar a analizar dos dispositivos electrónicos pertenecientes a la víctima. El miércoles 2 de agosto, se inició la apertura de la MacBook Pro y el iPad, ambos de Apple, propiedad de Algaba. Estos dispositivos fueron incautados de su departamento temporal en Olazábal al 1600, Ituzaingó, donde planeaba quedarse hasta el 19 de julio, un día después de su desaparición, antes de emprender un viaje a Barcelona, España.
Por otro lado, y siguiendo con la recapitulación de los hechos, los pesquisas se centran en dos personas, que son dos supuestos deudores que se habrían reunido con el empresario en vísperas de su trágico final. Se trata de Maximiliano Pilepich (45) y el ex policía federal Nahuel Vargas (43), quienes se presentaron como testigos en la causa.
Pilepich es quien tenía la camioneta que usaba Algaba, y que según afirmó, es suya y se la habría prestado tiempo atrás al empresario, pero se le fue devuelta durante ese encuentro, tras el pago de una parte de la deuda que tenían.
Ese pago, de 150 mil dólares, nunca fue efectivamente constatado. Los investigadores tienen la hipótesis de que lo mataron para no pagarle y luego plantaron pruebas para incriminar a los barras a los cuales Algaba les debía dinero. Situación que fue comprobada por los audios enviados por WhatsApp en los que amenazan al empresario; mensajes que fueron filtrados a la prensa, no se sabe por quien, debido a que el teléfono de la víctima nunca fue hallado y las autoridades no pudieron secuestrarlo para peritar.
Lo que sí se pudo secuestrar son una notebook y una tablet propiedad del empresario, durante el allanamiento al departamento que alquilaba en Ituzaingó. Expertos del Laboratorio Informático Forense del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires llevarán a cabo el análisis de la información contenida en ellos. Cabe destacar que la pericia no pudo llevarse a cabo en la Policía Federal Argentina (PFA) debido a limitaciones técnicas.
El objetivo del análisis es descubrir pistas que arrojen luz sobre el motivo detrás del crimen y los movimientos de Pérez Algaba antes de su asesinato.
El empresario fue asesinado a tiros por la espalda y posteriormente descuartizado, cuyos restos fueron encontrados en una valija y una mochila arrojadas al Arroyo del Rey, Ingeniero Budge, entre el 22 y 24 de julio.
Fernando Pérez Algaba, de 41 años, se había sumergido en el negocio de las criptomonedas tras la pandemia, lo que lo llevó a enfrentar considerables deudas. En sus últimas horas, Pérez Algaba se reunió con dos exsocios y amigos en un campo de General Rodríguez. En la autopsia se reveló que fue baleado dos veces por la espalda antes de ser descuartizado.
En la reunión, según lo volcado en la causa, Pérez Algaba habría recibido una parte de una deuda de 150 mil dólares, y su teléfono celular registró su última ubicación en el lugar. Los investigadores aún intentan resolver el enigma de lo que ocurrió después de esa reunión.
El análisis de las muestras levantadas de la camioneta Range Rover, junto con los resultados del análisis de los dispositivos electrónicos, se espera que proporcionen más detalles en el caso. Hasta el momento, una detenida, Alma Nicol Chamorro, es acusada de ser partícipe secundaria en el crimen. No obstante, las autoridades aún están trabajando para recopilar pruebas adicionales que puedan llevar a nuevas detenciones en el caso.