A partir de denuncias de representantes de marcas extranjeras de calzado como Nike y Adidas, que veían su nombre usufructuado ilegalmente, se dio inicio a una investigación que terminó en la inspección de un local en el barrio de Constitución en el que se encontró un depósito colmado de zapatillas “truchas”.
El precio de las zapatillas importadas ha subido mucho en los últimos meses. Algunos modelos, como la Nike Epic Phantom o la Air Max, pueden estar arriba de los veinte mil pesos argentinos. Muchas personas compran las réplicas sin saber que están siendo engañadas. El calzado es más económico que el original pero difiere muchísimo en calidad, confección y durabilidad. En el local inspeccionado se vendían réplicas por $2000/$3000, diez veces menos que su precio real.
A primera vista, el local de Constitución parecía una tienda pequeña, con un número reducido de zapatillas en exposición. Pero abriendo una puerta trasera se ingresaba a un sótano donde se escondía el grueso de las réplicas: más de 1600 pares de zapatillas truchas.
En el lugar se encontraba una empleada que manifestó haber pasado una “temporada muy mala” de ventas a raíz de la pandemia, por la cual los comerciantes se veían obligados a este tipo de adulteraciones. La empleada fue notificada y se secuestraron 1682 pares de zapatillas.
El operativo estuvo a cargo del Departamento de Delitos Económicos, División Defraudaciones y Estafas de la Policía de la Ciudad. También contó con la participación de la Agencia Gubernamental de Control.
Intervino la Fiscalía en lo Penal, Contravencional y de Faltas número 35, Dra. Celsa Victoria Ramírez.